Raúl Padilla López, ex rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), terminó su vida, presuntamente suicidándose. Había sido acusado de mantener un cacicazgo en la institución universitaria, la segunda más importante del país. Se disputa un presupuesto de 14 mil millones de pesos.
Gerardo Sosa Castelán, ex rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), delicado de salud por dos operaciones debido a hipertensión; fue encarcelado y lleva un juicio en prisión domiciliaria, por delitos de peculado, defraudación fiscal y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Lo acusan de haber desviado 58 millones de pesos.
Y Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), enfrentó una cirugía, por un tumor en el páncreas que puso en riesgo su vida; eso lo obligó a guardar reposo durante cinco semanas. Enfrenta imputaciones públicas de imponer un cacicazgo en la UAS y desviar recursos universitarios para su Partido Sinaloense (PAS).
¿Qué tienen de análogos estos ex rectores universitarios?
Los tres se afiliaron a un partido político para ser diputados y luego aspirar a la gubernatura de su estado natal. Padilla y Sosa fracasaron. Melesio, aún aspira.
Raúl Padilla fue rector de la UdeG en el periodo 1989-1995; formó un grupo político en el PRI, pero fue candidato a diputado federal por el PRD, sólo alcanzó un curul local. Sin embargo, aspiró a la gubernatura de Jalisco. Su clan político con cinco aliados ha controlado la UdeG durante 30 años. Sus tentáculos abarcan empresas universitarias, prensa local y un partido político con dos diputados en el Congreso Local.
El gobernador jalisciense, Enrique Alfaro Ramírez, lo acusó de utilizar la comunidad estudiantil para crear conflictos políticos y continuar haciendo negocios con recursos de la Universidad. El mismo Alfaro confirmó el fallecimiento de Padilla, por un presunto suicidio.
Y aun cuando el ex rector fue reconocido como fundador de la Feria Internacional del Libro (FIL), de gratos recuerdos para Enrique Peña Nieto, los señalamientos de cacique sobresalen en su trayectoria académica.
Por su parte, Sosa Castelán, fue rector de la UAEH en el periodo 1991-1998, pero antes había presidido la Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo y fue secretario general del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Hidalgo, partidarios del PRI
Sosa se afilió al PRI para obtener una diputación federal coordinando a la legislatura hidalguense. Le agarró cariño al poder político, fue presidente del CDE del PRI de Hidalgo y de allí buscó la gubernatura. No la alcanzó.
Pero cuando vio al hundimiento priista, renunció a ese partido y en 2018 se incorporó a Morena para postular a sus adalides a puestos de elección popular, lo que obtuvieron, gracias a la tracción de López Obrador.
Sosa la hizo de periodista y colaboraba en la Organización Editorial Mexicana (OEM), pero no se desligaba de la UAEH, porque presidió el Patronato Universitario, cuando todavía era priista.
Sin embargo, su buena estrella se apagó el 31 de agosto de 2020 cuando fue detenido en cumplimiento de una orden de aprehensión girada por un juez federal por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, peculado y defraudación fiscal.
Como su estado de salud se complicó por males de hipertensión y diabetes, sus abogados consiguieron que Sosa Castelán lleve el juicio en prisión domiciliaria.
Como pueden apreciar, ni Padilla, ya fallecido, ni Sosa pudieron ser gobernadores de sus entidades, a pesar de la estructura que construyeron con recursos universitarios.
Melesio tiene la ilusión quimera de mantener el cacicazgo en la UAS y alcanzar la gubernatura de Sinaloa con su Partido Sinaloense. Lo respalda un periódico y varios "periodistas" que ha incorporado a Radio UAS. Afirma que tiene buena salud, a pesar de la cirugía que le practicaron. Todavia tiene adictos universitarios, pero la justicia terrenal lo acecha.
¿Logrará Melesio romper el maleficio que acabó con Padilla y Sosa?