-*¡Les faltaron pantalones!* – Exclamó Rosa Elena Millán Bueno –, *para decirme claro que yo no iba de candidata a la presidencia de Culiacán*.
Desde el otro lado de la línea telefónica escuchaban estupefactos, Ricardo Madrid Pérez - quien le había marcado -, Faustino Hernández Álvarez, Joel Hernández Niño y Quirino Ordaz Coppel. Ella no lo sabía.
-*Pues, aquí está el señor gobernador* – le atajó Madrid –, *te está escuchando.*
-*Ah, no me haga eso* – reclamó Rosa Elena – *ustedes saben que yo soy bien derecha.*
El hecho ocurrió por allí de la semana en que todavía no encontraban un candidato para diputado federal por el distrito 07. El clan Quirino-Faustino buscaba convencer a Millán Bueno de competir con la bandera del PRI, a sabiendas que ya le coqueteaban de otros partidos políticos.
Pero, ella se había enterado, de antemano, que había sido censurada por *Marito* Zamora, candidato de la alianza PAN-PRI-PRD al gobierno de Sinaloa. Desde ese momento, Rosa Elena había decidido abandonar al PRI e incorporarse al proyecto político de FUERZA MÉXICO al lado de Juan Ernesto Millán Pietsch, quien mañana sábado rendirá protesta como primer presidente del Comité Directivo Estatal de este partido.
(Y es que recordemos el incidente aquel que narramos en nuestra columna de la semana anterior cuando la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI suspendió los derechos políticos de *Zamorita* por apoyar a un partido distinto (PAN), en el proceso electoral del 2018. Rosa Elena era dirigente estatal del tricolor, recibió la notificación y se lo informó a *Marito*).
El gobernador buscó a Millán Bueno para convencerla de que no se fuera, pero ella mantuvo una actitud digna; había sido vilipendiada por el júnior *Zamorita*, por el nefasto pseudo ganadero de Faustino y por el mozalbete de Madrid. Todo lo contrario de un Jesús Valdés Palazuelos que se ha dedicado a digerir la excreción priista, desde que lo menguaron de las candidaturas principales del tricolor dándole simples galletas de animalitos en lugar de una rebanada de pastel.
Los dirigentes nacionales de FUERZA MÉXICO llamaron a Rosa Elena, conversaron con ella, escucharon sus lamentos y le propusieron la candidatura del partido al gobierno sinaloense. Ella no le pensó dos veces: *¡Claro que sí, voy con ustedes!*
Hoy viernes, por allí del mediodía Rosa Elena y Juan Ernesto presentarán su renuncia a la Dirección del Registro Público de la Propiedad y a la Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado de Sinaloa, respectivamente, para poder asumir sus nuevas responsabilidades en el Partido FUERZA MÉXICO.
Rosa Elena será la candidata al gobierno de Sinaloa y aquí queremos ver a todas esas personas – mujeres, principalmente - que se sintieron agraviadas porque el PRI (Faustino, Zamora y compañía), la desestimó para la alcaldía de Culiacán.
Y Juan Ernesto asumirá mañana sábado la presidencia del Comité Directivo Estatal de FUERZA MEXICO y, probablemente, le empezarán a llover críticas y cuestionamientos porque su papá Juan S. Millán Lizárraga ha sido y será por siempre militante priista.
Sin embargo, en éste caso - como en la fábula del Niño que decidió, por fin, viajar solo en el tren - Juan Ernesto, emprende su proyecto político, sin la anuencia de su padre y, seguramente, sentirá el alivio y cúmulo de emociones que lo invadirán porque los aciertos y deslices que cometa serán propios y nadie podrá decir, ahora, que fueron por la propulsión de Don Juan S. Millán.