Fue el inicio de un periodo legislativo cordial y apacible, con la promesa de diálogo, como cualquier camaradería inaugural de actividad partidaria para no exhibir pronto su sentido subterráneo. Las votaciones habían sido unánimes para elegir la Junta de Coordinación Política y la conformación de los grupos parlamentarios, hasta que llegó el posicionamiento de cada uno de estos.
Feliciano Castro Melendrez, del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), fue el último en subir a tribuna y utilizó ¡40 minutos! (improvisando y leyendo) para hacer una apología del Movimiento Estudiantil de 1968.
No había necesidad de restregarle a los ahora opositores parlamentarios que llegó la Hora de los Vencidos, de que ésta LXIV Legislatura es producto de la indudable lucha de clases; pues, qué van saber de eso los imberbes diputados fifi-priistas de Madrid: Valle, Ayala, Zazueta o Arredondo, que son producto del padrinazgo y paternalismo tricolor.
Los reporteros se irritaban porque tenían que llevar su nota a los noticiarios vespertinos y nocturnos, se mortificaban porque no encontraban “lo importante” del posicionamiento de MORENA en la apertura legislativa.
Por eso, algunos que cubren la fuente informativa del Congreso, se fueron por la fácil de relatar, esencialmente, los posicionamientos de los grupos parlamentarios del PAS, PRI, PT y Movimiento Ciudadano, porque habían sido breves con la promesa de ser una oposición dispuesta al diálogo, a los dichosos consensos que solamente se exponen en los discursos más que en los hechos.
La sesión sirvió para estrenar el tablero electrónico en el que se exhibía a suma de votos de cada diputado y cada grupo parlamentario. Frente a la tribuna legislativa presidencial, los diputados del PRI y PAN se sentaron a la derecha y centro. Mientras que los de MORENA utilizaron las curules de la izquierda, en la primera y segunda filas. No todos los diputados vistieron formalmente de traje y corbata, mientras que las legisladoras lucieron sus mejores galas con maquillajes y perfumes.
Votaron para integrar los grupos parlamentarios y luego para conformar la Junta de Coordinación Política (JUCOPO). Todo aprobado por unanimidad.
El diputado del PAN, Adolfo Beltrán Corrales, le refirió a Feliciano Castro cuando fue opositor, diputado crítico responsable que encabezó un grupo minoritario en la 58 Legislatura de Sinaloa (2004-2007). Por ello, enfatizó que el grupo parlamentario del PAN (Giovanna Morachis Peperini y el propio Beltrán Corrales) no será intransigente u obcecado, sino que apoyará las propuestas de otras fuerzas políticas que garanticen el bien común del estado.
Lo veremos en los tres años por delante.
Por su parte, la diputada Alba Virgen Montes Álvarez del Partido Sinaloense (PAS), expuso su posicionamiento y no dejó pasar los logros que ha alcanzado ese partido en nueve años que lo coloca, según ella, como segunda fuerza política en Sinaloa: 6 alcaldías, 8 diputados locales, 5 síndicos procuradores y 34 regidores.
Destacó que el PAS ha estado representado en el Congreso local en las últimas cuatro legislaturas. Y remachó con la suma de iniciativas que han presentado los diputados del PAS. Reconoció que ha habido diferencias políticas, pero ahora están sumados a la Cuarta Transformación “porque el pueblo avaló esa unidad, que no es coyuntural”.
En tanto, el diputado Ricardo Madrid Pérez del grupo parlamentario del PRI, también disputó su lugar como segunda fuerza política que lo colocan como oposición “por mandato de la sociedad” después de muchos años de haber sido una fuerza dominante.
Dijo que el pueblo ha pedido que el PRI sea una oposición “y eso seremos, que no le quede duda nadie”. Sin embargo, ofreció la mano amiga al gobernador electo Rubén Rocha Moya porque “su formación, sensibilidad y experiencia como luchador social conducirá con certeza el destino de Sinaloa”.
Ah, pero para no dejar mortificado a su protector, Quirino Ordaz Coppel, el diputado imberbe le hizo una alabanza final porque –según él– no tuvo conflictos políticos y sí tuvo una excelente relación con el presidente López Obrador. Y por eso, su exposición la concluyó con el dichoso: ¡Puro Sinaloa!
La sesión concluyó, ya dijimos, con la apología histórica estudiantil expuesta por el diputado Feliciano Castro. Por eso, en cuanto el morenista, expresó: “Es cuanto, diputado presidente” los priistas salieron presurosos, fastidiosos y se fueron a mitigar su irritación a sus oficinas particulares.
(PD: Mal el protocolo de sanidad de permitir el ingreso de 3 auxiliares de los diputados al recinto parlamentario, cuando unos eran fotógrafos y simples observadores, mientras que los reporteros de la fuente fueron segregados a una sala distante. Bien podían haberlos colocados en la parte superior, con la sana distancia.)